Había una vez una lámpara, que era de madera. Era muy simple y le hacía falta color.
En una estanteria lejana, encontré un Pinocho de marquetería. Parecía aburrido. Decidí que un toque de pincel mágico, le daría vida.
Lo pinté con acrílica y pincel fino, para poder hacer los detalles. Y lo pegué con cola de contacto.
Quedo de cuento, con unos tonos tierra y con una tulipa en naranja. Me gustó mucho como quedaba el Pinocho sobre la madera, en relieve.
Espero que mis manualidades os gusten tando como a mí me gusta realizarlas.
¡Un saludo!