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martes, 5 de abril de 2011

Alegria al comedor.

Un día, en el comedor del cole María Moliner apareció un duende. Venia olfateando y relamiendose. ¡Qué olor tan bueno desprendía aquel bollito que estaba en el horno!
Se acercó sigilosamente y se sentó en el suelo, a ver como se hinchaba cada vez más y con ello, mejoraba su pinta.
Oyo a la cocinera cantar, dirigiendose al horno y salio corriendo, a esconderse.
Ella se agachó  y observo el bollo, le quedaba un poquito.
Nuestro amigo volvio a acercarse para deleitarse un poco más. ¡Cómo quería hincarle el diente!
-Oye, ¿y tú quién eres?
Oh,oh, se había puesto a imaginar y a pensar en aquel bollito que no se dio cuenta que la cocinera estaba detrás, mirándole.
-¿Me darías un trocito?-Le preguntó, mirando el horno.-Huele de maravilla.
La cocinera abrió el horno y le cortó un trocito. Tal y como se había imaginado, ¡exquisito!
Quedó tan sumamente encantado con el bocado, que decidió quedarse allí a vivir.
Ahora prueba todas las comidas de su cocinera, ¡dándole el visto bueno!

Y esta es la casita del duente. Vive en una seta pintadas en acrílicas al agua sobre la puerta del comedor.
Quedó muy original, añadiendo una mariposa, el sol y unas cuantas flores.
¡Los niños están encantados!

2 comentarios:

  1. QUE BONITO EL RELATO, POR UN MOMENTO ESTABA EN UN BOSQUE ENCANTADO. LA VERDAD QUE CUALQUIERA QUE PRUEBE LOS PLATOS QUE SE HACEN EN ESA COCINA, SE QUEDARIA ALLI A VIVIR. A CLARA LE HA GUSTADO MUCHO EL CUENTO. BESOS

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  2. Dale muchos besos a clara,a ti te los doy mañana guapetona.conchi.el cuento està sacado de la cuantiosa inventiva de mi querida sobrina Dana.

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