Un día, en el comedor del cole María Moliner apareció un duende. Venia olfateando y relamiendose. ¡Qué olor tan bueno desprendía aquel bollito que estaba en el horno!
Se acercó sigilosamente y se sentó en el suelo, a ver como se hinchaba cada vez más y con ello, mejoraba su pinta.
Oyo a la cocinera cantar, dirigiendose al horno y salio corriendo, a esconderse.
Ella se agachó y observo el bollo, le quedaba un poquito.
Nuestro amigo volvio a acercarse para deleitarse un poco más. ¡Cómo quería hincarle el diente!
-Oye, ¿y tú quién eres?
Oh,oh, se había puesto a imaginar y a pensar en aquel bollito que no se dio cuenta que la cocinera estaba detrás, mirándole.
-¿Me darías un trocito?-Le preguntó, mirando el horno.-Huele de maravilla.
La cocinera abrió el horno y le cortó un trocito. Tal y como se había imaginado, ¡exquisito!
Quedó tan sumamente encantado con el bocado, que decidió quedarse allí a vivir.
Ahora prueba todas las comidas de su cocinera, ¡dándole el visto bueno!
Y esta es la casita del duente. Vive en una seta pintadas en acrílicas al agua sobre la puerta del comedor.
Quedó muy original, añadiendo una mariposa, el sol y unas cuantas flores.
¡Los niños están encantados!
QUE BONITO EL RELATO, POR UN MOMENTO ESTABA EN UN BOSQUE ENCANTADO. LA VERDAD QUE CUALQUIERA QUE PRUEBE LOS PLATOS QUE SE HACEN EN ESA COCINA, SE QUEDARIA ALLI A VIVIR. A CLARA LE HA GUSTADO MUCHO EL CUENTO. BESOS
ResponderEliminarDale muchos besos a clara,a ti te los doy mañana guapetona.conchi.el cuento està sacado de la cuantiosa inventiva de mi querida sobrina Dana.
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